Print 
PDF
Aunque la terapia de quelación inicialmente se utilizó en el tratamiento por intoxicación con metales pesados, el hallazgo casual de su extraordinario efecto curativo sobre las arterias hace que ésta constituya un invalorable instrumento, a través del cual podemos no solamente prevenir, sino realmente revertir el proceso de envejecimiento y degeneración de las arterias, como se ha podido apreciar en centenares de miles de pacientes tratados en Europa y Estados Unidos.
Actualmente es uno de los tratamientos más promisorios contra el envejecimiento prematuro de las arterias y de las formas mas comunes de la aterosclerosis.
Las arterias se hacen mas flexibles y la sangre fluye con facilidad, especialmente en los vasos pequeños o de menor calibre como son aquellos que llevan sangre al cerebro, riñones, genitales.
La terapia de quelación tiene su principal aplicación en enfermedades del corazón de tipo obstructivo, en especial en pacientes con indicación de bypass, angina de pecho, enfermedad vascular periférica, gangrena de las extremidades, calambres de las piernas, enfermedad de Reynaud, hipertensión arterial, impotencia sexual. Mejora la visión cuando no hay flujo correcto de sangre a los ojos como en la retinopatia diabética.
La terapia de quelación tambien es de mucha utilidad en la enfermedad de Alzheimer, demencia senil, artritis reumatoidea, cálculos biliares, lupus eritematoso, cataratas, glaucoma, osteoporosis, varices y ulceras varicosas, calcificación de las válvulas cardiacas, insuficiencia vascular periférica, calcificación aórtica, isquemia cerebral, diabetes, ulceras diabéticas, gangrena diabética, el espasmo arterial debido a la excesiva concentración del ion calcio, mal funcionamiento de las glándulas paratiroides en el metabolismo del calcio o la ausencia de circulación colateral. Todo esto es corregible con la terapia de quelacióndebido a que presentan alteraciones fisiológicas similares en su patología.
La terapia de quelacióntambien es útil en las alteraciones renales de varios tipos, incluyendo la formación de cálculos. En las alteraciones tiroideas y suprarrenales, psoriasis, esclerosis múltiple, esclerodermia, Parkinson, hipercalcemia.
