INFLAMACIÓN CRÓNICA: LA PEOR AMENAZA PARA LA SALUD

Cuando te produces una herida tu cuerpo responde defendiéndose con enrojecimiento, hinchazón o calor. Estas reacciones son provocadas por la actividad de las células de tu sistema inmunológico, que trabajan para romper los tejidos dañados y permitir que otros tejidos nuevos y saludables puedan reemplazarlos.

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Cuando te aparece un doloroso “chipote” tras golpearte la cabeza, tienes inflamación. Cuando sufres una fiebre como respuesta a una infección, estás experimentando una forma de inflamación en todo el cuerpo, que crea un ambiente inhabitable para múltiples agentes patógenos. Una infección cutánea es un tipo de inflamación altamente localizada, mientras que una quemadura de sol es un tipo de inflamación que puede cubrir grandes áreas de la piel. Estos tipos de inflamación son benignos.

Existe un tipo de inflamación que puede causar diversas enfermedades: la inflamación crónica. Ésta se produce como resultado de una infección o irritación continua, o por la presencia en el cuerpo de algún agente infeccioso durante tiempo prolongado, o bien, porque tu sistema inmunológico ya no responde normalmente a las heridas y está produciendo efectos degenerativos en todo tu cuerpo.

Lo que tú comes también contribuye a la producción de sustancias inflamatorias en tu cuerpo.

Proteína C-Reactiva: El principal marcador de la inflamación
¿Siempre estás inflamada de la “panza”? ¿Te duelen las articulaciones? Sabías que más que tu gastritis o tu artritis, este tipo de inflamación crónica te coloca en un mayor riesgo de sufrir un infarto. Más que tus niveles de colesterol y triglicéridos, el principal marcador de riesgo cardiaco es la Proteína C-Reactiva, la sustancia que define qué tan inflamado está tu cuerpo.

El Women’s Health Study, que incluyó a 39,876 mujeres posmenopáusicas saludables, encontró que la Proteína C-Reactiva estaba directamente relacionada con las enfermedades cardiovasculares. Aquellas mujeres que registraban los niveles más altos de Proteína C-Reactiva tenían un riesgo cinco veces mayor de desarrollar una enfermedad cardiovascular y un riesgo siete veces mayor de sufrir un ataque cardiaco o derrames, en comparación con aquellas que presentaron niveles más bajos. Los niveles de Proteína C-Reactiva predijeron el riesgo de esos eventos incluso en mujeres que parecían no tener otros factores de riesgo.

Los factores de riesgo cardiaco, como obesidad, tabaquismo, hipertensión y enfermedad periodontal crónica, incrementan la inflamación y los niveles de Proteína C-Reactiva en el organismo. También las células adiposas literalmente bombean Proteína C-Reactiva, lo que podría explicar por qué el sobrepeso es tan dañino para el corazón.

Alergias, asma, eczema, enfermedades autoinmunes y artritis son formas crónicas de inflamación de bajo nivel. ¿Sabías que incluso las encías inflamadas aumentan el riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular?

El Papel de la Inflamación en tu Cerebro
Tenemos 2 noticias para ti en cuanto a inflamación se refiere: Una buena y otra mala.

La mala es que se ha descubierto que la inflamación desempeña un papel principal en el deterioro de tu mente y propicia trastornos neurológicos, como el Alzheimer y la demencia vascular. La buena es que, aunque el deterioro mental y la pérdida de memoria se han considerado marcadores inevitables de la edad, los avances de la ciencia sugieren que esta inflamación y este deterioro pueden evitarse.

Alzheimer e Inflamación
La inflamación crónica se acelera gradualmente con el paso de los años, los malos hábitos alimenticios y el estilo de vida, matando a las neuronas y causando una caída drástica en los niveles del neurotransmisor Acetilcolina, justamente la clave de tu energía cerebral.

Esta espiral de degeneración neuronal comienza con una inflamación casi indetectable, progresa hasta deteriorar la memoria, la concentración y la capacidad de aprendizaje, causándote finalmente la muerte. Autopsias de cerebros de pacientes de Alzheimer presentan placas neuríticas amiloides-B en forma de spaghetti y marañas neurofibrilares, señales claras de inflamación cerebral.
Tu cerebro odia la inflamación
Como dice el Dr. Barry Sears, “así como es importante que le des a tu cerebro los alimentos que necesita, es muy importante que evites darle lo que odia. Y tu cerebro verdaderamente aborrece la inflamación”, ya que ésta lo destruye. “La mejor manera de detener este ciclo destructivo es consumir dosis altas de aceites de pescado con altos niveles de EPA y DHA”, que arrasan con la inflamación.

Existen sustancias inflamatorias “malas” que producen inflamación en cada molécula de tu cuerpo, desprenden desechos peligrosos que propician la formación de coágulos que tapan las arterias, detienen el flujo sanguíneo y te conducen irremediablemente a un infarto cardiaco. Para contrarrestar este dañino efecto”, concluye el Dr. Sears, “agrega más aceites de pescados ricos en EPA y DHA a tu dieta además de comer una dieta mediterránea”.

Si padeces inflamación crónica:
1. Toma diariamente suplementos de aceites de pescados ricos en EPA y DHA. Un reciente estudio encontró que 3 gramos de este tipo de aceite, al día, protegen al corazón.
2. Toma una fórmula completa de antioxidantes para controlar los radicales libres producidos por la inflamación.
3. Adopta una dieta antiinflamatoria que incluya vegetales y frutas frescas, pequeñas porciones de granos integrales y proteína de pescado (especialmente salmón, macarela, bacalao, sardinas y otras especies de aguas profundas). Las semillas de calabaza, las nueces de Castilla y la linaza, así como las verdolagas, son fuentes de aceites Omega 3. Evita el maíz, la soya y los aceites de semillas de algodón, especialmente aquellos que sean hidrogenados. Reemplázalos con aceite de oliva o canola y mantequilla natural.
4. Si tienes 40 años o más, la próxima vez que analices tu sangre realízate una prueba de Proteína C-Reactiva. Los valores deben ser de 1 mg/l o menores.
En estudios publicados en el American Journal of Medicine en 1999 se afirma que si tienes valores mayores a 5 mg/l de Proteína C-Reactiva y además tienes índices elevados de Interleucina-6, otro importante indicador de la inflamación, estás en un mayor riesgo de muerte, y requieres un tratamiento antiinflamatorio de emergencia.
Revisa tus valores de Proteína C-Reactiva cada 2 meses y continúa con este programa hasta que tus niveles de Proteína C-Reactiva sean menores a 1 mg/l.

La inflamación es una reacción natural, ya que es la forma en que tu cuerpo se defiende ante una agresión. Sin embargo, cuando se vuelve crónica, puede convertirse en tu peor enemigo. Nunca permitas que esto suceda.

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