Nutrición Ortomolecular – Parte II

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Programa de nutrición ortomolecular

Para crear un programa que respete la individualidad bioquímica de una persona, es importante hacer un análisis detallado del individuo:

1. HISTORIA DE SU SALUD. Es básico tener en cuenta los problemas de salud sufridos en el pasado, ya que nos pueden orientar sobre ciertas debilidades físicas, hábitos de vida poco sanos o el tipo de medicamentos tomados a lo largo de los años. Algo muy importante pues, por ejemplo, la ingestión frecuente o durante largo tiempo de antibióticos, esteroides, antiinflamatorios y otras drogas pueden predisponer a ciertas enfermedades o síntomas.

2. DEFICIENCIAS NUTRICIONALES. A través de un análisis de sus síntomas y, si es necesario, de unos análisis de laboratorio, se pueden saber las deficiencias nutricionales que presenta un individuo. Éstas predisponen a la persona a sufrir desequilibrios bioquímicos, los cuales pueden ser el origen principal de su enfermedad o síntomas. Además, pueden disminuir la capacidad del individuo para luchar y recuperarse de ciertas enfermedades.

3. NIVEL DE ESTRÉS. El estrés no sólo se produce en ocasiones de mucho trabajo. Cualquier estímulo físico o psicológico que perturbe el equilibrio del individuo puede causarlo. Es importante analizar si la persona duerme el tiempo suficiente; si come y bebe agua regularmente; si, tal vez por su trabajo, pasa frío o calor; si está expuesto a sustancia tóxicas y contaminación. Si el nivel de estrés es alto, es muy posible que la persona esté falta de nutrientes, ya que el cuerpo, para adaptarse a cualquiera que sea el estímulo estresante, usa gran cantidad de vitaminas y minerales (la gama de las B, C, zinc, cromo, calcio y magnesio, entre otros).

4. NIVEL DE EJERCICIO. Este punto es importante ya que tanto un exceso como una falta de ejercicio puede afectar negativamente a la salud. Los deportistas o las personas que cada día lo practican durante horas tienen un desgaste físico muy fuerte que requiere un aporte de nutrientes muy alto. Por otro lado, la persona que apenas se mueve es más propensa a tener el sistema linfático bloqueado y, como consecuencia, una acumulación de toxinas en el organismo.

5. ABSORCIÓN INTESTINAL. La salud del aparato digestivo es vital para mantenerse sano y para recuperarse de desequilibrios bioquímicos. Si el intestino sufre de inflamación, debido a una infección por hongos, parásitos, bacteria, alergias alimenticias, falta de nutrientes o si el ácido clorhídrico y las enzimas digestivas no se producen en las cantidades necesarias, la absorción se verá afectada. Es vital eliminar las causas de la inflamación, reparar la pared intestinal y suplementar la dieta con enzimas, ácido clorhídrico y bacteria amiga para recobrar la salud o para prevenir desequilibrios.

6. CONSUMO DE ESTIMULANTES. Estos incluyen café, té, cigarrillos, azúcar, drogas recreativas y ciertos fármacos. Los estimulantes pueden afectar principalmente al sistema hormonal. Cuando ingerimos este tipo de sustancias el páncreas, que produce insulina, y las glándulas suprarrenales, que producen adrenalina, se estimulan y con el tiempo pueden desequilibrarse. A parte, el hígado tiene que filtrar estas sustancias tóxicas con la ayuda de una serie de nutrientes, especialmente la gama de las vitaminas B. Es importante reducir, y en algunos casos eliminar, estas sustancias para conseguir una total recuperación de la salud.

7. NIVEL DE NUTRIENTES Y ANTINUTRIENTES. Es vital analizar la dieta actual del paciente y también la que ha llevado con regularidad durante su vida. Su análisis puede detectar desequilibrios nutricionales. Por ejemplo, un exceso de alimentos dulces puede aumentar el deseo de consumir grasas; un exceso de productos lácteos puede producir una deficiencia de magnesio; un exceso de cereales puede reducir los niveles de zinc, etc. Por otro lado, una dieta rica en antinutrientes (sustancias que le roban al cuerpo nutrientes, como los metales pesados, pesticidas, etc.) y beber agua del grifo, no lavar bien los vegetales y cocinar en utensilios de aluminio, puede predisponer al cuerpo a tener deficiencias nutricionales.

8. HERENCIA. Es importante tener en cuenta la genética del organismo. Por ejemplo, una persona alta en histamina por herencia genética, la cual presenta unos rasgos físicos y psicológicos determinados, tiene una predisposición a sufrir alergias, inflamación crónica, obsesiones, dolores de cabeza, úlceras y problemas cardiovasculares, entre otros. Una persona con tendencia genética a producir un exceso de criptopirroles (un compuesto químico que le roba al cuerpo la vitamina B6 y los minerales zinc y manganeso), también puede presentar unas características físicas y mentales determinadas, como pueden ser una tendencia a la depresión, palidez, infecciones frecuentes, apatía, problemas menstruales, y otros.

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