EL ESTRÉS EMOCIONAL Y EL CÁNCER

El estrés es una reacción natural de nuestro organismo ante ciertas situaciones que se perciben como una amenaza. Existen varios tipos de estrés, clasificados según las causas que lo originan. Generalmente ocurre en situaciones difíciles o inmanejables, y las personas reaccionan de diferentes formas frente a esto.

Las principales causas de estrés emocional son la muerte o enfermedad de un ser querido y problemas de pareja o malas relaciones dentro de una familia. El estrés emocional también puede darse dentro del ámbito laboral, aunque no es lo mismo que el estrés laboral, cuando se desarrollan tareas que no son del agrado del individuo por mucho tiempo o cuando hay una mala relación con algún compañero.

Los síntomas del estrés emocional pueden presentarse como dolores de cabeza, problemas digestivos, dolores musculares, resfrios o afecciones de la piel. También puede darse un aumento en los niveles de colesterol e hipertensión. Suelen estar acompañados por insomnio, nerviosismo, falta de concentración, irritabilidad o depresión.

Cuando el estrés se prolonga en el tiempo la salud se deteriora constantemente. Esto puede llevarnos a interminables visitas médicas, pasando por estudios, análisis y tratamientos para las distintas dolencias, pero si no se ataca el estrés, inevitablemente se seguirá teniendo una salud endeble.

El estrés emocional y el cáncer:

El cáncer siempre surge de un proceso inflamatorio, y crece más en ese ambiente. Es su microambiente.

–¿Un ejemplo?
–Fácil: ¿qué hace el tabaco? Causa una inflamación crónica en los pulmones. Fumas e irritas constantemente los bronquios. Eso es un campo abonado –no todos los fumadores lo sufrirán– para que una célula cancerosa anide allí. Para que se produzca una mutación.

Las células del propio tejido inflamado se van multiplicando, con intención de repararlo, hasta que hay un error. La inflamación indica que hay células activadas por un virus, el tabaco, asbestos… No hablo de la inflamación que surge cuando te tuerces un tobillo. Esa no es cancerosa.

–¿La solución del cáncer vendrá del propio sistema inmunológico?
–Es uno de los futuros más actuales. Se han identificado las células que impedían actuar al sistema inmunológico que debe defendernos. Esto es una revolución de hace cinco años. Hay fármacos específicos para tratar metástasis por melanoma, cáncer de riñón, y otros. Esas personas, antes morían en pocas semanas y ahora están viviendo hasta cinco años.

El sistema nervioso y su papel en el cáncer de mama

Las células del cáncer de mama tenían un receptor [enlace] que es un neurotransmisor [mensajero químico entre neuronas]. Yo siempre he tenido la neurología en la cabeza, y la he estudiado muchísimo. Entonces pensé: si un producto de las neuronas libera una sustancia que se une a un receptor de la célula cancerosa, eso significa que existe una comunicación entre sistema nervioso y cáncer.

Otros tipos de  cánceres también tienen receptores de otro neurotransmisor, la adrenalina. Luego, si en las células cancerosas existen receptores de neurotransmisores, eso significa que el sistema nervioso está dialogando con el cáncer. Y ahora viene lo fuerte.

Últimamente, hemos demostrado  que el sistema nervioso, en general, propicia el crecimiento del cáncer, forma parte de la tumorogénesis, es decir, de la formación y el crecimiento del tumor. Varios investigadores de EEUU han aludido a esa relación en sus publicaciones.

–¿Adónde lleva todo esto?
–Hace 20 años se tenia que  demostrar que existe una conexión entre el sistema nervioso y el cáncer. Y es lógico, porque el sistema nervioso nos regula el rítmo cardiaco, la respiración, el intestino. Todo. El cáncer nace de un neurotransmisor inflamatorio: he observado la conexión entre inflamación, cáncer y sistema nervioso.

El cáncer es consecuencia de un proceso lento, y el organismo tiene una capacidad de regeneración brutal. No es fácil generarlo. Surge de la rotura de muchos sistemas corporales.

Cuando el sistema nervioso está equilibrado, las defensas están óptimas. Esto se ha demostrado. Un buen sistema nervioso que permite dormir bien, estar equilibrado y hacer ejercicio físico potencia el sistema de defensas. Y a la inversa, sabemos que los estados estresantes, deprimentes y crónicos, son estados proinflamatorios.

Lo que causa el cáncer no es la emoción, sino el proceso que conduce a un ambiente celular inflamatorio, que es esa situación personal negativa. El estrés emocional crónico puede poner en marcha el proceso que inicia un cáncer.

 

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